21 diciembre, 2009

Hoy no somos putas, somos princesas.



A ella siempre le habían gustado los chicos malos. No por nada en especial, pero increíblemente siempre le llamaban la atención esa clase de chicos.
Ahora ella se encontraba sentada en esa cama con las sábanas naranjas mirando a ese chico de ojos azules y boca perfecta. Observaba como se fumaba un cigarrillo mientras los versos de rap se filtraban en sus oídos, y de vez en cuando su mirada se movía hacia aquel terrario donde se enroscaba una larga serpiente.
Ella adoraba como el humo se filtraba entre sus labios, y como movía la cabeza al ritmo de la música con los ojos entrecerrados. Es más, desde que le vio por primera vez, adoraba todo lo que tenía que ver con él.
Cuando se acabó el cigarrillo, abrió los ojos y la miró. La sonrió tiernamente, apagó la música y se levantó de la silla.
Cuando él se inclinó sobre ella, su corazón empezó a palpitar fuertemente pidiendo a gritos salir corriendo de su pecho. La besó y, de repente, todo lo que estaba fuera de esas cuatro paredes ya no tenía ningún sentido. Fue un beso tímido al principio, pero incontenible después de la larga espera de ambos.
La ropa empezó a sobrar, las caricias se abrieron paso en ambos cuerpos y empezaron a explorar cada rincón de piel que necesitaban conocer. Ahora lo único que importaba eran sus bocas en busca de mordiscos, sus manos, aquellas que proporcionaban placer, sus pieles rozándose lascivamente...
Los gemidos, al principio ahogados, empezaron a oírse y a retumbar en las paredes, y esos gemidos les hacían ir a más, y más, y más aún...
Cuando acabaron, ella se acurrucó en su pecho y buscó su calor. Él la acarició, hundiendo sus dedos en su pelo y acariciando suavemente su brazo, y ella cerró los ojos mientras se mecía con el latido de su corazón.
- ¿Me darás algo para recordarte cada día cuando me vaya? -susurró ella.
- ¿Qué más quieres? Ya tienes mi corazón. Es todo tuyo, princesa...
Y en efecto, se sentía como una princesa en brazos de su príncipe. Y era un príncipe verde, de esos que le gustan a ella.

3 comentarios:

  1. No tan increíblemente, a casi todas les gustan los chicos malos. :-/

    Eso sí, los príncipes mejor verdes que azules. :P

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  2. haha al final nadie va a querer un príncipe azul :3 ya les vale por no aparecer nunca!
    Los chicos malos tienen una sonrisa más atractiva :D
    un beso

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  3. Y ellos hacen que una este tonta atrás de ellos.. son tan sexys! Pero este después de todo no era tan malo pues le entregó su corazón!

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