14 diciembre, 2009

¡Si no me besas ahora me pondré a gritar!

Quiero darte las gracias. Por ser y estar siempre.. y por no estar nunca. Quiero agradecerte cada sonrisa que me obligas a esbozar sin querer, sin pretenderlo. Agradecerte, también, todas las veces que has secado mis lágrimas sin deslizar tus pulgares por mis mejillas, y todas esas veces que he notado tu corazón junto al mío.
Gracias por quererme sin querer, por cerrarme las piernas y abrirme el corazón, sin anestesia, con bisturí, a carne viva...y sin que duela. Por haberme apoyado, por ser mi pilar, por no dejar que me caiga.
Gracias por ser alguien tan especial para mí. Porque sin estar aquí, consigues lo inimaginable. Gracias por existir, por ayudar, por nunca faltar, por hacer que esta distancia quede reducida a cenizas, por hacer que el simple hecho de no conocernos sea tan insignificante que a veces ni siquiera importe.
¿Sabes? Para mí eres perfecto. Todo tú. No hay ningún defecto, y si lo hay... ¡da igual! Es otra virtud para mí. Me gusta tu pelo rubio (ahora teñido), tus ojos felinos, tu nariz respingona, tus labios, tu piercing, tus ropas holgadas, tu cuerpo tan delgado, esa sonrisa de niño que tienes, tus orejas, tus dedos, tus uñas comidas, llamarte Kätzchen... y sobre todo, sobre todo, sobre todo, adoro por encima de cualquier cosa tus pequitas. Esa en tu mejilla derecha, y esas dos en tu cuello. Esas pequitas que junto a las otras forman un conjunto de constelaciones en tu cuerpo. Estrellas que podría mirar y recorrer toda una vida.
A veces, te echo de menos irremediablemente. Dolorosamente. Intensamente. Y deseo con todas mis fuerzas tenerte aquí, poder hablarte, abrazarte, besarte tímidamente y no tener que estar escribiendo todas estas estupideces. Estupideces de una estúpida enamorada.
¿Cómo se puede echar de menos a algo que nunca has tenido? Es increíble. Y sin embargo, yo cada noche te necesito aquí junto a mí, entre mis sábanas y mis pestañas, aún sin saber cual es tu olor, la textura de tu piel, o tu forma de besar.
Nunca voy a desistir. Aunque estés tan lejos, aunque mis posibilidades de compartir tu aire queden reducidas a un 10%, nunca dejaré de luchar. Siempre mantendré la esperanza de tenerte delante y ponerme a gritar si no me besas en ese mismo momento. Porque lo que siento por ti es más fuerte que todo esto. Porque lo que siento por tí puede mover barreras, quilómetros y gente envidiosa. Porque lo que siento por ti es tan fuerte, tanto, tanto... que podría iluminar el mundo entero con la fuerza de mis latidos y tendríamos reservas para diez mil biliones de años más.

I'll wait until forever ends to share just one breath with you.

1 comentario:

  1. Claudia, tendré que pasarme más por aquí. Te seré sincera, no me he leido estos textos más recientes, pero recuerdo que escribias alucinantemente bien, así que lo tengo pendiente.

    un beso señorita :) (soy Helena)

    ResponderEliminar

Acaríciame..