14 marzo, 2010

Juliette está sola. Pero porque ella quiere.

Juliette estaba sola, perdida. Siempre había pensado que si se hacía profesional del amor, una chica de la calle, nunca le faltarían besos ni caricias, pero ahora esas caricias le raspaban hasta las entrañas.

A Juliette nunca le había faltado el dinero. Venía de una buena familia, tenía una buena casa y no le faltaba amor, pero fue por mal camino. Quería más, siempre quería más. En realidad, no le iban mal las cosas. Cobraba bastante bien y pasaba un buen rato con sus clientes, pero cuando ellos cruzaban la puerta ella rompía a llorar y se emborrachaba mientras se fumaba un cigarrillo. Luego era cuando iba a ver a Tomás y sentía que el amor si existía, aunque ella no lo sintiese. Él la quería, la amaba como a nadie. Y ella se dejaba querer mientras su corazón latía a doscientos ochenta latidos por minuto.

Esa noche ella vagaba por las calles iluminadas sola, con tacones rojos, un cigarrillo en la mano y el corazón resquebrajado. Esa noche nadie requería sus servicios. Era sábado, 14 de Febrero, y todos sus clientes estaban con sus mujeres, felizmente casados y disfrutando de una noche romántica. Esas noches no existían para Juliette. Mientras cruzaba la calle con el semáforo en rojo las lágrimas mojaban sus mejillas. Unas lágrimas amargas que le quemaban el alma. Llegó a su piso, cerró de un portazo importándole muy poco los vecinos que a esas horas estarían durmiendo y tiró el bolso a mitad del pasillo. Cuando llegó al comedor abrió el mini-bar y sacó una botella de vodka barato.

Cuando le dio un trago el vodka bajó quemándole la garganta pero ella agradeció ese calor. Volvió a beber y se apoyó en la pared, encendiéndose otro cigarro. El tercero en media hora… Se deslizó por la pared dándole una calada al cigarro y notando como las lágrimas morían en el suelo. No podía estar pasando eso, no a ella. Su vida iba bien, estaba bien planeado y nunca le faltaba de nada. Tenía hombres, tabaco, alcohol y dinero, ¿qué más necesitaba? Amor…

Encogió sus piernas apretándolas contra su pecho, dio otro trago y volvió a darle una calada a esa fuente de nicotina. Amor… mucha gente hablaba de él, intentaba explicarlo, pero el amor no se puede explicar. El amor hay que vivirlo y basta. Y ella aún no lo ha vivido y quizá no lo vivirá nunca… porque lo más parecido al amor ha sido con Tomás, y probablemente él esté con alguna novia suya pasando la noche de San Valentín.

Al finalizar la noche, Juliette se durmió con la cabeza apoyada en el reposabrazos del sofá con el rímel corrido, lágrimas en el corazón y una botella de vodka barato entre las manos.

Y lo que no supo fue que, esa misma noche, Tomás la estaba echando de menos.

9 comentarios:

  1. Y si descubrimos porqué el amor duele tanto, quizás no lo dejemos nunca.

    As always my lady is awesome.

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  2. Deberías decirle que el calor del vodka es efímero y además engañoso.
    Juliette solo una cosa: ¡corre a buscarle!
    Porque quizá entonces os encontréis a mitad de camino, entre la pastelería y la parada de bus :3

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  3. Tomás la salvará algún día. O eso espero.

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  4. Comprendo a Juliette, uno lo tiene todo fisicamente pero necesita lago más allá de éso qe pocos lo pueden dar.
    Besos.

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  5. Tómas y juliette se tendrán que ver alguna vez, tendran que decirse toda en la cara. Y ahí recien entederá lo que es el amor. Y si el amor es tan pero tan grande estaran, pero como lo dudo, no se volveran a ver.

    Bah , malogre el final.
    Suerte.

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  6. Puede que Juliette piense que nunca habrá un futuro con Tomás, lo que no sabe, es que la vida escribe muchos puntos y aparte mientras busca el momento perfecto para escribir, al final, la verdadera historia.

    Un beso! :)

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  7. ¿Por que las llaman profesionales del amor cuando ofrecen cualquier servicio menos amor?
    Escribe usted de manera excelente, debe saberlo.
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  8. Dicen que siempre hay alguien que nos piensa, por difícil que -a veces- nos parezca.

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