02 marzo, 2009

Frente al espejo.


La rosada luz del crepúsculo inunda la habitación. Yo estoy pasmada al lado del equipo de música, observando mi figura en uno de los tantos espejos que hay en esa sala. Esa sala de baile es mi único medio de escape cuando todo va mal. Bailar es lo único con lo que puedo desahogarme cuando todo parece demasiado difícil. Apreto el play y me dejo llevar por la música. Las primeras notas de una canción de Eminem empiezan a sonar y yo dejo que mi cuerpo se deje llevar por la música. Los pasos me salen solos y mis pies se deslizan con una agilidad increíble. Have you ever loved someone so much, you'd give an arm for? Not the expression, no, literally give an arm for? Apoyo mis manos en el espejo y me deslizo hacia el suelo. Luego me levanto y sigo bailando. Me deshago de mis zapatos, tirándolos a un lado de la habitación. Doy una vuelta y me miro al espejo. Estoy despeinada, pero no dejo de bailar. Eso es lo que importa ahora, el baile... Me quito la camiseta, y más tarde los pantalones. La canción se acaba y deja paso a otra. Ésta es lenta.. cambio de estilo y sigo bailando. Poco a poco me voy quedando desnuda. La ropa sobra y el baile no cesa. Cuando se acaba esa canción me quedo quieta frente al espejo y me observo. Menuda, pálida, despeinada, desnuda... vulnerable. Así es como me siento cuando él me mira con esos ojos color miel. Vulnerable, pequeña, débil. Como si estuviera desnuda ante cientos de personas. De repente me siento en el suelo y me tapo con las manos, sin dejar de clavar los ojos en el espejo. Tengo miedo, estoy asustada. No quiero perderle. No quiero que desaparezca de mi vida, no quiero olvidarle. No puedo mover ni un ápice de mi cuerpo, tiemblo y las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas. Qué tonta soy. No debería sentirme vulnerable ante él. Ni debería recordarle. Recordarle solo hace que mi corazón siga rompiéndose en trocitos más pequeños. ¿Por qué los recuerdos más felices son los que más duelen? Sigo preguntándome esto mientras vuelvo a mirar en el espejo. Ahí está él, detrás de mí. Y vuelvo a sentirme pequeña, débil... vulnerable.

1 comentario:

  1. Muchas gracias :] Gracias por leerme y comentar. Propa para él es la parte más 'alegre', por así decirlo, de mis textos.

    Tu texto es fantástico. Me he sentido así en muchas ocasiones: desprotegida y frágil, una diana para el dolor. El hecho de bailar es la manera en que tú/ella lo expresaría, como yo me siento y escribo hasta que me quedo sin palabras. Genial, de verdad.

    Un beso.

    ResponderEliminar

Acaríciame..